martes, 31 de julio de 2012


Corazón roto, corazón partido.
Mi cuerpo sigue ahí, vivo, aunque muy dolorido, junto a mi alma muerta. Ese corazón que antes latía con fuerza y alegría ahora simplemente late por destino, por esas ganas de luchar, y esas ganas de volver a ser feliz algún día. Me siento apuñalada, apuñalada por el pasado y muerta por el presente. Mi alma sangra con fuerza, no se puede resisitir, no deja de sangrar. Un río sin fin cruza mi esencia, en su fría presencia de soledad total. Los recuerdos fluyen en mi cabeza como un deja vu, y no quieren dejar de soltarme. La rabia se acoge de mi cuerpo con su inmensa fuerza de destruir, y parece ser que mi presencia solo existe para hacer sufrir. Un inmenso vacío se apodera de mí, un corazón sin latidos que intenta seguir viviendo dentro de mí. Pero ese corazón parece caerse, caerse hasta el fondo de la oscuridad, inalcansable para mí. Me siguen unos susurros que aún viven en ese corazón perdido, me susurran un fuerte grito de deseo al oído. Quiero desprenderme, quiero desprenderme de mi cuerpo y salir volando, quiero empezar de nuevo, dejar atrás ese pasado casi olvidado. Pero el cuchillo me atrapa, en el suelo, en el vacío. Lo siento calavada en mi alma como la realidad, partiéndome el corazón en dos.
Pero no, esta vez no, esta vez no me dejaré vencer. Esta vez seré más fuerte aún, y haré todo por desprenderme de lo que me acoge desde el interior, y salir como un pájaro recién nacido de su pequeño pero grande nido. La libertad me llama, y la acogeré con los brazos estirados y el corazón recién curado.




viernes, 27 de julio de 2012


Una mirada calla mil palabras.
Te miro, clavo mi infinita mirada en tus preciosos ojos, no la quito hasta que me la quites tú. Veo a un chico misterioso que intenta ocultar sus sentimientos y emociones. Pero no me los ocultas, los veo claramente en el color de tus ojos, se asoman, me cuentan cada sentimiento hacia mí. Nos quedamos mirándonos fijamente durante un tiempo que parece ser eterno. Pero estoy acostumbrada, el tiempo es infinito junto a tí. Nos acercamos, siento un ligero cosquilleo por mi estómago, pero aún así no me hace perder la mirada. Noto tu respiración cerca de mi cara, estamos a unos milímetros de separación, que se me hace una distancia larga. Mi corazón te desea, te llama con todas sus fuerzas, y parece que lo escuchas, pues cada vez te acercas más. Tu mano roza mi mejilla, la mía tu cuello. Siento tu calor en mí, me abraza, me envuelve. Un silencio inmenso nos envolvió, como si fuera una burbuja eterna. De pronto, nuestros ojos se cierran, la mirada se perdió, pero nuestros labios se unieron. Crearon una sinfonía de sentimientos, y todos metidos en un largo beso. Mi mente se queda en blanco, se concentra nada más que en tí y en tus labios. El silencio se rompe, por los latidos acelerados de mi corazón, por el sonido de tus besos. Mi corazón solo grita una cosa, grita que no quiere que ese momento acabe jamás.
Y ahora sé que no hacen falta palabras, sólo miradas. Las miradas son como susurros, y la mía te susurra un fuerte "Te quiero" al corazón.




 


viernes, 20 de julio de 2012

Never give up.
Ella estaba insegura, por todos los comentarios que le habían llegado. La gente decía que él seguía destrozando vidas, corazones, como si nada, que nada le importaba. Entonces, después de mucho tiempo pensando en ello, un ligero pensamiento le pasó por la mente. Pensó en todos los momentos vividos con él, los recordó uno a uno, recordaba cada sonrisa en su cara, cada beso, cada caricia. Pero luego, se acordó de las discusiones, de cada mentira que salía por su boca, de cada grieta en su corazón que se iba abriendo cada vez más. De pronto una lágrima le cayó por la cara, sin que ella se diera cuenta, estaba sufriendo. Poco a poco, se fue dando cuenta de que no sirvía, no sirvía de nada llorar por una persona que en su tiempo la hizo sufrir. No, no vale la pena dejar caer ni una sola lágrima más por esa persona. Se secó las lágrimas de la cara, ¿y sabes qué pasó después? Se levantó. Se levantó del suelo, con todas sus fuerzas, y se recuperó con el paso del tiempo, dejando en el olvido cada recuerdo malo que tenía de él. Su corazón se iba cociendo poco a poco, cada herida desaparecía con cada sonrisa que le salía. Sí, se levantó, y ahora es más fuerte que nunca.

Conclusión: Sí, en la vida haces fallos y errores, te hacen daño, y sufres.Te caes, pero aunque te caigas hasta el más fondo del suelo, siempre te levantarás, siempre. No pierdas la esperanza. Con cada caída te haces más fuerte.










Síntomas del enamorado.

Enamorarse es sentir ese amor por alguien, ese amor tan especial que te hace sentir ese cosquilleo en el estómago con su presencia, ese sentimiento que te puede hacer volar, pero también caer. Cuando ves a esa persona piensas que es la más preciosa del mundo, que no hay nadie más adorable y más perfecta en el mundo. Es aceptar todos los defectos de esa persona y hacer que cada defecto sea una virtud más, y haga que para tí sea perfecto, con todos sus defectos. Es ver a esa persona y que sin darte cuenta te salga una sonrisa de oreja a oreja en la cara. No parar de sonreír. Es reírte de cada mínima tontería que diga esa persona, y quedarte con la mirada enbobada mirándole cada vez que te dice algo o te mira. 

Es sentirte feliz con su simple presencia. Sentirte nerviosa cuando te mira mucho tiempo, y no sabes qué decir. Quedarte sin palabras. Cuando te da ese escalofrío por el cuerpo con el roce de su piel. Cuando sientes la necesidad de abrazarlo, de besarlo, de acariciarlo, de sentirlo cerca, de simplemente no soltarlo. Lo necesitas.
Cuando te sonrojas al verlo. Cuando podrías pasar horas y horas a su lado, y pegarte toda la noche hablando con él. Cuando esperas tanto hasta que se conecte. Cuando ves una foto de él y no quieres parar de mirarla. Ese momento especial cuando te dice "Te quiero" que te hace feliz para todo el día.
Esa persona que te puede hacer sentir la más feliz del mundo, pero a la vez te podría herir gravemente. Esa persona que te podría hacer llorar, tanto de tristeza como de felicidad.
Cuando te cuesta decir algo, y más si le quieres decir que lo quieres. Cuando te falta la respiración tan cerca de su cara, de sus labios. Cuando sientes que no quieres parar de besarle, ni de abrazarle, no quieres separarte de él. Cuando te cuesta decirle adiós, tanto por el msn como en persona. Cuando no te importaría pasar días con él, y sólo con él. 
Cuando deseas que el tiempo pare a su lado.
Si sientes todo esto, sólo hay una respuesta, y es que estás enamorado.






martes, 17 de julio de 2012


Al despertar.
Al despertar, abro los ojos, y lo primero que veo son las sábanas blancas rodeando mi cuerpo, mi cuerpo que se asoma por debajo de una camisa larga acostada en esa cama. Oigo mi respiración, silenciosa y muy lenta, me estiro, me doy la vuelta hacia la ventana en la cama, subo las percianas, y observo el cielo azul que se asoma. Abro la ventana. Una brisa pasa por mi cuerpo destapado. Por mi cara. Cierro los ojos, los abro. Oigo cantar a los pájaros, los observo volando. Me siento tan bien, sintiendo esa brisa y esos colores intensos en mis ojos, mi cara. Me encanta eso, ese momento por la mañana...Y en ese mismo instante, simplemente pienso que estoy feliz, que si fuera por mí me quedaría horas ahí, tirada en la cama y disfrutando del cielo inmensamente azul, y ese viento que se cuela por mi piel. Pero después hay algo mucho más fuerte que se cuela por mis pensamientos, mi mente. Y es algo tan precioso, algo que me hace realmente feliz. Alguien que me hizo adicta. Adicta a él, a sus besos, sus abrazos. Y me lo imagino a mi lado, allí, acostado a mi lado en esa cama, disfrutando conmigo de la brisa que me produce esos escalofríos. Y entonces sonrío.






domingo, 15 de julio de 2012


¿Y tú?

Y yo, yo sigo aquí, siendo cada día más fuerte, aprendiendo de mis errores, siendo quien soy realmente.

Soy yo, con todos mis sueños, con todos mis deseos por cumplir. La que se queda minutos eternos disfrutando de la noche, mirando las estrellas, dejándose llevar por la brisa, esa brisa que te hace soñar, te hace sentir que en ese mismo instante estás en otro lugar, en un lugar donde estás libre, un lugar que deseo y adoro. 
Soy yo, la que disfruta de cada placer de la vida, sean los más mínimos, como por ejemplo sentir el viento en tu cara, escuchar el sonido del agua cayendo bajo la lluvia, sentir esos escalofríos cuando escucho algo que realmente me gusta, sea una canción, o un susurro muy cerca de mi oído. O también los máximos, los mejores, sentir el roce de su piel con la mía, sentir su respiración en mi cara, en mi cuello, sentir cada beso de sus labios como si fuera el último, y sentir esos momentos de pasión. Sentir como de dos personas se vuelven una. Sentir esas noches entre susurros y caricias, entre besos y abrazos. 
Soy yo, la que quiere cumplir todos sus sueños, la que no pierde la esperanza nunca, aunque se lo digan tantas veces, nunca la pierdo. Lucho por lo que quiero y siempre lucharé. No me rendiré sin haberlo ni si quiera intentado.
Soy yo, esa chica que cada día es más fuerte, lucha por lo que quiere, y disfruta de la vida.
~Soy yo~








Mi alma sigue respirando.

Me muero, sí, mi cuerpo queda en el olvido, en los brazos de la muerte, de la oscuridad. Pero mi alma sigue viva, mi alma respira, y sobretodo recuerda. Quedan recuerdos, recuerdos aún frescos de mi vida.
Recuerdos de sonrisas, de lágrimas caídas, de corazones unidos, de almas entrelazadas , de mentes compartidas, de caricias apasionadas, de besos eternos, de momentos que quedan atrapados en el fondo de mi corazón, aunque éste ya no late. Escalofríos que recorren tu cuerpo por cada momento vivido. Cada lágrima que en aquel momento recorrió tu cara, aunque más bien tu alma, cada lágrima, te recuerda a algún momento de tu vida, momentos de tristeza y nostalgia, momentos de amor o desamor, momentos de felicidad o pura libertad. Cada una tiene su significado, y cada una queda clavada en tu alma. Sí, se quedan ahí, aunque no las sientas. 
Cada sonrisa que en aquel momento tan increíblemente fugaz de tu vida se curvó en tus labios, cada una de ellas, queda en el recuerdo, queda en el cajón de la infinita memoria, junto a cada razón que la acompañe. Cada beso, cada palabra, cada caricia, cada abrazo, cada momento inolvidable se queda conmigo, en mi alma, en mi memoria. 

Sí, mi cuerpo muere, pero mi alma sigue respirando con fuerza.








lunes, 9 de julio de 2012



Había una vez una lágrima agridulce.
La siento, la siento crecer en mi corazón, y se esfuma en mi piel, se desliza por ella como un río sin fin. Noto como fluye, fluye por mi alma. Cae por mi cara, se desliza en mi boca, y comienzo a saborearla, sabe a gotas del mar, pero en ella lleva dolor. El dolor se convierte en esperanza, la única que queda en mí.
De pronto, no siento sólo las lágrimas por mi cara, siento un aire frío por mi piel, un escalofrío me recorre. Parece que estoy frente al mar, y la infinita oscuridad del horizonte me hipnotiza, me hace pensar que estoy sola. Siento un vacío enorme en mi corazón, mi alma sangra. La osuridad me lleva, me lleva con ella y no me suelta. La soledad no se separa de mí. El dolor en cambio sigue ahí.
El tiempo parece ser eterno, igual que el dolor que permanece en mí. Pero aunque mi alma esté en la soledad, mi cuerpo sigue ahí, en la realidad. Abro los ojos, veo un cuerpo acurrucado en una esquina, solo, con los pelos de punta. Veo un espejo, y en él, se muestra mi cara. No me reconozco, no soy yo, no. Mi mirada se clava en mis ojos, y veo un cuerpo dolorido, pero vivo.
Una lágrima agridulce, llena de dolor.






jueves, 5 de julio de 2012



Silencio.
Recuerdo aquellos días por la noche, con el sonido de las olas, un mar infinito que cruza la oscuridad. Esucho cada ola, cada gota de agua que hay en ella. Cada una cuenta un secreto, oigo susurros que cuentan historias infinitas del mar, se las lleva, se las lleva hasta el fondo de su horizonte, son historias que sólo te pueden contar ellas, historias sin contar. Recuerdo cada susurro cerca de mis oídos, cada palabra pronunciada con delicadez y amor profundo. Palabras que me llegan hasta el corazón. Recuerdo cada brisa marina que recorrió mi cuerpo en aquel momento silencioso y lleno de sentimientos. Recuerdo cada escalofrío que recorrió mi alma al sentir la noche eterna en mi cuerpo, al escuchar bien los sonidos de la noche, que parece ser mágica. Recuerdo cada nota músical que resuena en mis oídos, recuerdo cada sonido que sueltan las cuerdas de mi guitarra, las vibraciones siguen su eco hasta el fondo de mi alma. Recuerdo escuchar los susurros de la oscuridad, a veces son simples imagincaciones, otras no lo son. Recuerdo los latidos de mi corazón en un silencio de soledad total. Oigo cada palabra que pronuncia mi corazón, la siento en mí, me encuentro. Mi alma se encuentra en el silencio, está en su casa, en su lugar. Ahí estoy yo, esa misma soy yo.

A veces el silencio no es silencio, son miles de sonidos que resuenan hasta el fondo de tu alma. El silencio es la soledad de tu alma, y los recuerdos aún vivos en tu corazón. Te despierta, te hace saber quién eres realmente~





lunes, 2 de julio de 2012



Mar infinito, historias sin contar.

Y esto
y ahí sentada, en la orilla del mar, en la arena, sintiéndola entre mis dedos de las manos y de los pies, sientiendo cada brisa marina que recorre mi cara. Escucho silenciosamente el sonido de las olas del mar, el sonido de una explosión, una explosión de emociones, de pensamientos, y sentimientos. Una explosión de escalofríos que recorren mi cuerpo, una explosión que me llega hasta el fondo de mi alma, y su eco se queda en ella, disfrutando de la tranquilidad que se queda en mí. Disfrutando de lo increíblemente bonito que es ese momento, ese mismo instante en el que no dejas de mirar fijamente al mar, y te imaginas miles de cosas, miles de historias que se ahogan bajo las infinitas aguas, se ahogan en tus pensamientos. Escuchas bien, y de pronto escuchas susurros, susurros de miles de cuentos que cuenta el mar infinito, cada amanecer, cada día, cada atardecer, y cada noche.
El amanecer llega, con sus intensos colores y emociones. Unos colores increíblemente bonitos se expanden sobre el infinito del cielo, y se bañan en las olas del mar, el naranja intenso pinta al mar de su color, y no deja que se desvanezca tan fácilmente, no quiere irse, quiere ser infinito en tu memoria. El cielo azul que aún queda sin esos rayos, todavía quedan rastros de estrellas en él, y aunque no los veas siempre, no se van, se quedan ahí, esperando a que pidas un deseo que puedan cumplir.
El día que te envuelve en su calor eterno, y en sus sonidos de las olas. Te rodea el calor, tanto, que tienes que liberarte de él. Corres, corres y saltas con alegría hasta caerte en las frías olas del mar, sientes un eco de sensaciones en tu piel y cuerpo, sientes agua fría que no sólo es agua, son vibraciones, son olas, son sonidos calmantes, son historias que trae cada gota de agua en su interior, y cada una recorre tu cuerpo. Buceas, y abres los ojos. Ves el precioso fondo marino, y por un momento te dan ganas de ser una verdadera sirena y no volver a la realidad.
El atardecer que de nuevo expande sus colores intensos sobre el cielo, y te traumatiza. Ves colores verdaderamente preciosos sobre el cielo, y el mar. Ves un río de color naranja sobre el azul fuerte del mar, y ese río te parece ser un camino hacia el sol, un camino hacia la felicidad. Quieres irte, quieres sentir ese calor en tu cuerpo, y quieres que ese momento no acabe nunca, quieres que ese atardecer se quede en tu memoria para siempre, junto a todos los otros preciosos atardeceres que has visto, cada atardecer que ves, piensas que es más bonito que el anterior. Pero no, ninguno es más bonito que otro, todos son inexplicablemente preciosos, y cada uno de ellos, te llega hasta el fondo de tu corazón, de tu alma.
La noche se vuelve oscura y sola. Invade al mar de un color totalmente oscuro, que te hace pensar que hay algo más que simple agua. Hay cuentos incontables, cuentos que nadie te podrá contar, si no el mar, con sus olas, y sus vibraciones. Sólo tienes que escuchar bien, y él mismo te contará sus secretos por susurros, susurros que te hacen creer que no estás sola.